Demuestran el éxito de Área Marina Protegida: la vida se recupera y la pesca no se redujo

Fotografía: Octavio Aburto

Luego de un lustro de monitorear y recabar datos con la más alta tecnología de la que se dispone, un grupo de científicos documenta que la vida se está recuperando en el Archipiélago de Revillagigedo, en donde, por ejemplo, hoy se pueden avistar enormes escuelas de tiburones que hace tiempo habían dejado de verse. Este caso demuestra el éxito de las Áreas Marinas en su labor de proteger la biodiversidad, ya que también se comprobó que no afecta de ningún modo a la actividad pesquera, como se ha especulado.

El estudio realizado por las iniciativas Pristine Seas de National Geographic y el Instituto de las Américas fue escrito por el Dr. Fabio Favoretto, la Dra. Catalina López Sagástegui, el Dr. Enric Sala y el Dr. Octavio Aburto-Oropeza, y fue publicado el pasado 31 de mayo del 2023 en la revista Science Advances. Éste revela que las grandes áreas marinas, en altamar y completamente protegidas (Reserva Marina de no extracción), pueden proteger la biodiversidad sin impactar negativamente en la pesca ni la seguridad alimentaria.

Este es el caso del Archipiélago de Revillagigedo ubicado a 800 km al oeste de Manzanillo y casi 400 km al sur de Cabo San Lucas, que con evidencia científica de los equipos de investigadores mencionados demostraron la importancia de proteger completamente el archipiélago que abarca 4 islas volcánicas.

Después de una gran labor para empujar esta iniciativa en noviembre de 2017, por decreto presidencial se formalizó la declaratoria de la Reserva Marina de No-pesca más grande de América del Norte (147 mil km2). Fue así como México se colocó entre los líderes mundiales en conservación marina y hoy demuestra los exitosos resultados de aquella decisión.

El Dr. Octavio Aburto, Profesor investigador en el Instituto de Oceanografía Scripps en San Diego, California, afirma que el estudio deriva en 3 resultados muy importantes. “Lo primero es que en estos años la industria pesquera ha respetado el polígono; aunque es tan grande, hay muy pocas detecciones de barcos que se meten a pescar ilegalmente en esta área.

“Lo otro es que la vida se está recuperando en esta zona. Hoy se observan enormes escuelas de tiburones que hace tiempo dejaron de verse. Por último, se tiene evidencia que las capturas pesqueras de atún continúan igual que antes de haber implementado el área protegida”.

En opinión del investigador esos resultados evidencian la necesaria vinculación entre ciencia y administración pública para tomar decisiones con respaldo científico en favor del medio ambiente y con ello cumplir los compromisos de lograr la protección de 30% de las áreas terrestres y las áreas marinas, que México y un conjunto de países adquirieron en diciembre pasado durante la Conferencia Global de Biodiversidad de la ONU (COP15).

Los resultados que arroja este estudio son de suma relevancia ante la sobreexplotación y pesca ilegal o mal regulada que ocurre en todos los mares. “Hoy por hoy menos de 8% del océano tiene alguna forma de protección y solamente 3% está completamente protegido de la sobreexplotación y otras actividades perjudiciales.

“Es decir, en ese 3% de los mares no se puede pescar, no se puede hacer minería ni ninguna actividad extractiva. En el resto del mar se pueden seguir haciendo esas actividades y desafortunadamente las estamos haciendo mal, por eso es que nuestras pesquerías están con porcentajes muy elevados de pesquerías colapsadas, pesquerías a su máximo rendimiento y que no nos están proveyendo o asegurando el futuro”, indica el Dr. Aburto.

El especialista señala que cuando en 2016 se anunció la propuesta de crear un Parque Nacional, la reacción de algunos integrantes de la industria pesquera nacional fue catastrofista y plantearon un escenario de reducción en más del 20% en la pesca.

No obstante, a partir de datos de seguimiento por satélite, capturas de peces reportadas a la Comisión Nacional de Pesca y Acuacultura de México (CONAPESCA), y herramientas avanzadas de inteligencia artificial desarrolladas por la plataforma Skylight del Allen Institute for AI, entre otros recursos tecnológicos, los autores del estudio descubrieron lo contrario.

Con datos de GPS obligatorios para las embarcaciones de pesca industrial y reguladas por el gobierno mexicano, los investigadores analizaron los datos de un número importante de embarcaciones y sus comportamientos de pesca en alta mar, en la Zona Económica Exclusiva de México y dentro del Parque Nacional Revillagigedo.

El parque no ha tenido ningún efecto adverso en las capturas de la flota industrial. Además, la creación de la reserva de no-pesca no desplazó a las embarcaciones a otras áreas en busca de peces, lo que significa que el parque no ha aumentado el área utilizada para la flota pesquera.

“Ello significa que estos escenarios deben dejar de esgrimirse ante la necesidad urgente de proteger 30% de los ecosistemas marinos como se comprometió México a finales del año pasado”, dice el Dr. Aburto.

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