¿Qué sucedería si el Golfo de California se quedara sin aves marinas?

Pelicano café (Pelacanus occidentalis). Isla Ballena, La Paz, México. .

¿Qué sucedería si el Golfo de California se quedara sin aves marinas?

La Doctora Enriqueta Velarde, quien ha dedicado la mayor parte de su trayectoria académica a investigar a las aves marinas, será de las especialistas que cerrará la XXII edición del Congreso de Oceanografía que, organizado por la Asociación de Oceanógrafos de México, se lleva a cabo en Veracruz, hasta el 29 de septiembre.

Su ponencia Magistral, que será virtual y se enmarca en el tema Pesca y Acuacultura, tendrá como título “El mundo según las aves marinas”, y tiene como propósito concientizar al público en torno a un problema muy puntual que aqueja a estas aves en el Golfo de California.

“Mi charla se enfocará en toda mi trayectoria de trabajo en el Golfo de California y también sobre las problemáticas de conservación de las aves marinas que son varias, pero me voy a centrar mucho en la cuestión de la captura incidental, que es muy importante”, adelanta la doctora Velarde.

La especialista explica que la captura incidental de las aves marinas por artes de pesca industrial es la fuente de mortalidad de aves marinas más importante que tenemos en la actualidad pues, en el caso de varias especies, triplica la tasa de mortalidad de estas aves.

“Después de analizar series de datos es que se ha encontrado que la tasa de mortalidad natural se triplica por la pesca incidental, en algunas especies, por lo cual no sabemos si las poblaciones de las aves de diferentes especies van a poder soportar esta tasa de mortalidad. De hecho, hemos visto que muchas de las poblaciones de las especies que estamos estudiando están decreciendo en tamaño”, señala la Dra. Velarde.

“El impacto de esta captura incidental se centra en alrededor de 18 especies que caen dentro de las redes industriales, particularmente en el Golfo de California y la pesca que más afecta es la sardinera, aunque también está la camaronera, pero yo he estudiado la primera. En realidad, la actividad que conocemos como ´pesca de sardina´, captura varias especies de peces pelágicos menores como son sardina Monterrey, anchoveta, macarela, en total alrededor de unas diez especies”, señala la Dra. Velarde.

Por volumen está es la pesquería más importante del país. Los análisis de los datos realizados por la Dra. Velarde apuntan que son alrededor de mil individuos al mes para el caso del pelícano pardo (Pelecanus occidentalis), las que pierden la vida por captura incidental en esta actividad. “Tiene que haber una serie de lineamientos que evite esta afectación tan profunda hacia el ecosistema en general, para que no haya una problemática a futuro, dice la investigadora.

Esta pesca se hace con lo que le llaman red de cerco: se tira una red que se va cerrando y el barco saca un chupón, que es una especie de manguera que al final tiene un succionador y succiona estos peces hacia dentro de la bodega del barco. Eso provoca que las aves atraídas por su alimento se metan a las redes y terminan lesionadas o muertas al entrar en el mecanismo del arte de pesca.

“Además, durante el todo el procedimiento ocurre otra cosa importante. Los peces que son bastante grasosos sueltan su aceite que queda flotando sobre el agua y esa sustancia se impregna en el plumaje de las aves que, por cierto, según los expertos, es incluso peor que si se metieran a un derrame petrolero.

“Quedan impregnadas y ya no pueden volar, se varan o se quedan flotando y mueren por hipotermia o mueren ahogadas. Las que logran llegar a tierra, si es que la hay cerca, quedan inútiles, ya no pueden volar ni alimentarse, o sea, mueren ahí ya sea de calor o de frío o de hambre. Es muy grave”, señala la investigadora.

De acuerdo con la Doctora Velarde, en la zona del Golfo de California donde ella más ha trabajado, el pelícano pardo es el más afectado, le sigue el bobo de patas azules, el bobo café y la gaviota ploma de las casi 20 especies afectadas.

La especialista llama a la urgente creación de una regulación que proteja a las aves marinas, especialmente de la pesquería industrial, su más grande enemigo.

No te pierdas su Ponencia Magistral en el XXII Congreso Nacional de Oceanografía el viernes 29 de septiembre a las 10:00 horas CDMX.

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